Sunday 6 de July, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 23-06-2025 04:10

Relaciones espejo: cuando el otro me refleja a mí mismo

..

¿Qué son las relaciones espejo?

Bueno, las relaciones espejo son esos vínculos que nos movilizan mucho emocionalmente, porque nos están reflejando algo nuestro. A veces una herida, a veces una parte que no queremos ver o algo que está negado, incluso un deseo que está reprimido. El otro, sin saberlo —porque claramente no es a propósito— funciona como un espejo que nos muestra algo que necesitamos mirar. Y claro, no siempre es cómodo.

¿Qué mecanismos psicológicos se activan en este tipo de vínculos?

Lo que se activa son mecanismos de defensa. Por ejemplo, la proyección, que es cuando le atribuyo al otro algo que en realidad es mío y no puedo ver. O la idealización, cuando creo que el otro tiene todo lo que a mí me falta. Y también aparece mucho la transferencia, que es cuando me relaciono con esa persona como si fuera alguien de mi historia, como mamá o papá. Todo eso se mueve desde el inconsciente, no es que lo hacemos a propósito, ni que lo notamos en el momento.

¿Podés dar un ejemplo para que se entienda mejor?

Sí... Me acuerdo de una paciente que vino muy angustiada porque sentía que una amiga la invisibilizaba, que no la valoraba. Ella siempre estaba, ayudaba, escuchaba… pero cuando necesitaba algo, la otra no aparecía. Lo interesante es que no era la primera vez que le pasaba eso. En el trabajo terapéutico aparecieron su dificultad para poner límites y esa necesidad de ser querida a través del dar. Esa amiga era un espejo de una parte suya que no se permitía recibir, que sentía que solo merecía afecto si se sacrificaba por los demás. Entonces no era simplemente una mala amiga… era una relación que le estaba mostrando un patrón más profundo. Y como ese ejemplo, hay muchos, no solo en parejas, también en vínculos con amigos, con la familia, con los hijos…

¿Y cómo se diferencia esto de una relación donde simplemente no hay química?

Ahí la diferencia es clara. Si no hay conexión real, la relación no fluye y con el tiempo se termina. Tal vez no compartís valores, intereses, o simplemente no hay sintonía, y listo. Pero no genera un malestar emocional fuerte. En cambio, una relación espejo sí te sacude, te duele, se te repite, y ahí es donde sabés que hay algo tuyo para mirar.

¿Por qué repetimos vínculos que nos hacen mal?

Porque el inconsciente quiere resolver. Y uno, sin darse cuenta, repite esperando que esta vez el final sea distinto. Es como si quisiéramos reparar algo que quedó pendiente. Pero si no lo trabajamos, volvemos al mismo lugar, con distinto nombre.

¿Qué hacer si me doy cuenta de que estoy en una relación espejo?

Bueno, si lográs darte cuenta, ya es un montón. El paso siguiente es no reaccionar en automático ni culpar al otro. Parar, observar, y preguntarte: “¿Qué me está mostrando esta persona de mí?”. Es incómodo, sí. Pero también es una gran oportunidad para crecer. Y acá la terapia es clave. Porque te ayuda a ver todo eso que uno solo no puede. Te da recursos para sanar y construir vínculos más sanos, más libres.

¿Ese malestar se puede transformar en algo positivo?

Sí, totalmente. Cuando tomamos conciencia de lo que nos pasa, nos fortalecemos. Aprendemos a elegir distinto, a poner límites, a conectar desde otro lugar. Nos volvemos más auténticos en los vínculos, y eso se nota.

A veces, el otro no vino a dañarte, sino a mostrarte lo que todavía no pudiste ver de vos mismo. Y en ese espejo que duele, puede empezar el cambio. Mejor dicho, la transformación.

Lic. En Psicología – Coach ontológico

Posadas, María Josefina

@psicologiaposadas.josefina

www.psi-posadasmariajosefina.com.ar

También te puede interesar

por CEDOC

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios

OSZAR »