A los 34 años, Santiago Sposto representa una figura singular en el cruce entre música, publicidad y narrativa audiovisual. Productor, compositor y cantante, este quilmeño radicado en México desde 2019 es responsable de decenas de piezas musicales que resuenan en campañas de alcance regional, películas y discos de artistas emergentes. Con más de 80 trabajos para comerciales televisivos en América Latina —muchos de ellos para marcas como Unilever—, Sposto es uno de los nombres detrás del sonido cotidiano que acompaña productos, emociones y ficciones. Pero no se queda solo ahí.
Egresado de la Escuela de Música Contemporánea de Buenos Aires y becado por la Sociedad de Autores y Compositores de México, valora especialmente su formación. “Argentina es mi casa y es a donde vuelvo siempre: donde está mi familia, muchos de mis amigos y mi cultura. Además, Buenos Aires fue el lugar donde yo me formé como músico y donde di mis primeros pasos”, afirma. A su vez, reconoce el rol que México tuvo en su expansión profesional: “Es mi segunda casa, fue un país que me dio un montón de oportunidades. Acá conocí gente increíble, y hasta me otorgaron una beca para estudiar composición durante un año siendo extranjero. Eso es algo que valoro y no doy por sentado”.
Su recorrido comenzó en 2015, en múltiples frentes: clases de técnica vocal, presentaciones en vivo y la exploración como cantautor. En paralelo, se introdujo en la postproducción de audio para publicidad. Lo que empezó como una vía más dentro de la música, terminó por convertirse en una de sus principales áreas de trabajo. Hoy, compone jingles e identidad sonora para campañas globales, donde lo técnico se entrelaza con la creatividad y la empatía.
“Muchas veces el concepto es propuesto por el artista. Llega con la idea de una canción, incluso parte de la letra o de la música compuesta y a partir de ahí empezamos a trabajar juntos para terminar de darle forma. Algunas otras veces sucede que no hay una idea definida para la canción, pero cuando nos ponemos a hablar y escribir siempre termina apareciendo algo.
Sposto se involucra en el proceso creativo como un intérprete de contextos, dispuesto a traducir emociones en estructuras musicales. No hay recetas únicas, pero sí método, escucha activa y una búsqueda constante de lo original en lo cotidiano.
Su vínculo con artistas también fue clave para ampliar su campo. Uno de sus trabajos más reconocidos fue con MARLLA, cantante emergente del pop latino, con quien coescribió “Quién te dijo” —incluido en su disco "Antes que la vida pase", editado por Warner Music México—, junto al productor Andrés Chano (ex Reik). Más tarde repitieron fórmula en "Roto", tema que fue elegido para la banda sonora de la película "Todas menos tú". Esa integración con lo audiovisual es una línea que Sposto continúa explorando.
Es increíble cómo solo unos segundos de intro de una canción te pueden transportar a un momento o una persona, sin importar el tiempo que haya pasado. Me pasó hace poco con El Eternauta: escuchar la voz de Mercedes Sosa, especialmente estando tan lejos de Argentina, me movilizó por completo”.
Desde su estudio en Ciudad de México, Sposto trabaja con equipos de distintos países. También ha colaborado con músicos de Estados Unidos, donde reconoce ventajas productivas, aunque subraya la riqueza regional:
“Habiendo colaborado con gente que está en Estados Unidos, creo que la ventaja allá es que los presupuestos permiten que cada quien desarrolle tareas específicas y se involucren más personas. Pero en cuanto a la música en sí, que es lo más importante, creo que en Argentina, México y Latinoamérica en general hay una variedad y calidad musical increíble.”
Actualmente, tiene varios proyectos en marcha. “Estoy trabajando en el álbum de una artista pop mexicana-estadounidense con influencias de ambas culturas. Por otro lado, estoy produciendo el EP debut de una cantautora argentina con influencias que van desde el folklore hasta el pop, pasando por la cumbia; y terminando el EP de una artista mexicana de pop alternativo. Seguramente esos tres proyectos verán la luz durante este año. Además, está la idea de trabajar en la música de algo audiovisual que me tiene muy ilusionado, pero son procesos largos y todavía no puedo contar mucho.”
En cuanto a referentes, nombra a quienes trabajan detrás de escena. “Sigo mucho y tengo como referentes a diferentes productores, compositores o ingenieros e ingenieras de mezcla que pueden no ser tan conocidos por el público en general por el perfil de nuestra profesión, pero que tienen muchísimo reconocimiento dentro de la industria. Me encanta el trabajo de Nico Cotton, Claudia Brant, María Elisa Ayerbe y Edgar Barrera.” Y si de sueños se trata, no duda en destacar un nombre:
“Me encantaría algún día trabajar con Gustavo Santaolalla. Tiene una sensibilidad musical única que se transmite en todo lo que hace, desde sus proyectos musicales hasta las series y películas que musicalizó.”
Santiago Sposto no tiene una figura pública ostentosa, pero es parte esencial de una generación que entiende la música como herramienta transversal, tanto para emocionar como para comunicar. Su oficio no responde a géneros cerrados ni a fronteras fijas: se mueve entre jingles, pop, folklore y electrónica con la misma solvencia. Y lo hace con una convicción clara: “Me encanta la idea de ser parte de más colaboraciones entre artistas de Argentina, México, Colombia, Brasil, y cualquier otro país de nuestra región. Creo que esos intercambios culturales generan aportes muy valiosos.”
También te puede interesar
por R.N.
Comentarios