Cada vez son más. Las pastillas de colágeno van en la cartera, el multivitamínico se toma como agua y el omega 3 ya no es solo para deportistas. En góndolas, necessaires y conversaciones, los suplementos dejaron de ser un tema médico para convertirse en parte del consumo cotidiano. Prometen más energía, mejor piel, un ánimo óptimo. Y en tiempos de fatiga crónica, esa promesa seduce.
Negocios con propósito
Una de las marcas que mejor interpreta esa búsqueda es Diabla. Fue creada por la emprendedora Delfina Ferro, quien buscó replicar los hábitos saludables que había adquirido viviendo en Estados Unidos. Pero en Argentina se topó con el problema de que todo lo que quería consumir para sentirse bien debía preparárselo ella. La cocina fue su laboratorio durante la pandemia y para 2023 su propia marca vio la luz.
Su producto más vendido es Super Greens, una mezcla de vegetales, algas, vitaminas y antioxidantes que promete mejorar la digestión y la energía. Aunque si Ferro tuviera que dar una recomendación puntual, apuntaría a Super Flora, un suplemento con 12 cepas de probióticos, prebióticos y una cápsula de tecnología inteligente que busca mejorar la salud intestinal, con impacto directo en el ánimo, la piel y el sistema inmune.
“Nuestro cuerpo tiene forma de desintoxicarse, pero lo intoxicamos mucho más rápido de lo que puede hacerlo. Hoy vivimos expuestos a tóxicos, desde la ropa y las fragancias que usamos hasta el aire", apunta la emprendedora. Por eso, el catálogo de Diabla ofrece soluciones para distintas necesidades, con cuatro suplementos, cookies, barras energéticas, blends y hasta una bebida. ¿La mejor prueba del éxito? Acaban de abrir su primer local en Paseo Alcorta.
Y este auge no se explica solo por marcas nuevas con impronta personal: también hay empresas con años de trayectoria que decidieron apostar por esta categoría. Como Vitamin Way, creada hace siete años por el laboratorio detrás de Saint Gottard. “Detectamos que el mercado argentino todavía tenía mucho potencial sin desarrollar en este segmento”, cuenta Ignacio Mesa, socio gerente de Pharmamerican. Así nació una marca pensada para farmacias y dietéticas, con un crecimiento clave durante la pandemia.
Su catálogo incluye más de 80 productos organizados por beneficios concretos, desde descanso y concentración a salud ósea. Los más vendidos reflejan una tendencia global: el omega y los aceites de pescado, por su efecto en la prevención del colesterol; el colágeno, como respuesta a su baja presencia en la alimentación actual; y las vitaminas C, D y K, junto con el potasio y el magnesio, que ganaron protagonismo gracias al respaldo científico. “La alimentación moderna muchas veces no alcanza a cubrir los niveles óptimos de nutrientes, ya sea por la calidad de los alimentos o por dietas poco variadas. Los suplementos ayudan a cubrir esas brechas”, apunta Mesa.
Búsquedas especiales
Entre los suplementos más buscados, el colágeno ocupa un lugar central. Su promesa de piel más firme, menos dolores articulares y mejor recuperación muscular resuena fuerte en un contexto donde envejecer bien es la panacea. Desde Gennuine, una marca nacida en 2018 con la idea de ofrecer soluciones personalizadas según la etapa vital y los objetivos de cada persona, lo ven con claridad. “A partir de los 35, el cuerpo empieza a cambiar, pero si suplementás desde antes, la diferencia con el tiempo se nota muchísimo”, explican. Su catálogo incluye más de 15 productos, y entre los últimos lanzamientos se destacan las NAD+ Cellular Therapy, colágenos con activos que actúan a nivel celular.
Otro tema en el que la suplementación pisa fuerza es la menopausia. Esta etapa de la vida suele venir con insomnio, cambios de humor, fatiga, pérdida de masa ósea y, en muchos casos, una sensación general de desequilibrio. “Los cambios hormonales afectan la forma en que el cuerpo absorbe y utiliza ciertos nutrientes, lo que aumenta el riesgo de deficiencias”, explica Luciana Paduano, nutricionista del Laboratorio ENA, donde cuentan con productos para acompañar esta etapa. Entre los más comprometidos están la vitamina D y el calcio, el magnesio y el zinc y las vitaminas del complejo B. Y la suplementación adecuada puede convertirse en una aliada para la calidad de vida. “Mantener niveles adecuados de estos nutrientes contribuye a reducir molestias como los sofocos, los sudores nocturnos, la irritabilidad o el insomnio”, detalla la especialista.
Y no todo pasa por cápsulas o polvos. En los últimos años creció también la demanda de tratamientos intravenosos, conocidos como drips. “El término viene del inglés y significa ‘goteo’", explica la médica anestesióloga Julia Guarrera, especialista en sueroterapia y que trabaja en colaboración con la empresa Más Drips. Se trata de administrar nutrientes, antioxidantes o compuestos específicos en el torrente sanguíneo, lo que permite una absorción más eficiente que por vía oral. Esta modalidad es elegida tanto por personas que buscan mejorar su bienestar general como por quienes enfrentan condiciones más específicas, como trastornos digestivos, niebla mental, ansiedad o enfermedades autoinmunes.
Para Guarrera, el auge no es casual: “Hoy los alimentos tienen menos nutrientes que antes y el estrés, la inflamación crónica y el sedentarismo son moneda corriente. Cuando uno entiende lo que necesita y se suplementa con precisión, los resultados son extraordinarios”.
¿Todos lo necesitamos?
La pregunta circula: ¿todos necesitamos suplementarnos? Para la nutricionista Laura Romano, directora del centro Senda y referente en redes como @integralnutricion, la respuesta es más compleja de lo que el marketing sugiere. “El auge de los suplementos refleja muchas cosas a la vez: una mayor conciencia por el bienestar, pero también una industria que supo leer muy bien nuestras inseguridades”, advierte.
Romano señala que muchas veces se suplementa por FOMO, ese miedo a quedarse afuera de una tendencia. “Desde la nutrición, lo primero es revisar cómo está comiendo esa persona, cómo duerme, cómo está su salud digestiva, su nivel de estrés. Y recién ahí, si hace falta, se suplementa”, explica. También apunta a los riesgos: muchos productos no están respaldados por evidencia científica sólida, ni regulados con la rigurosidad que sí se exige a los medicamentos. Y el marketing suele disfrazar promesas con palabras como detox o natural, sin un sustento real. “Antes de tomar algo, está bueno preguntarse: ¿realmente necesito esto? ¿Me lo indica un profesional que me conoce o alguien que me lo vende en redes?”, propone.
En la misma línea, la nutricionista clínica Azul Calabrese insiste en la importancia de informarse. “Que haya más conciencia sobre el rol de la alimentación en la salud es positivo, pero lo importante es cómo se toman esas decisiones: si se consulta con un profesional, si se hacen análisis previos, si se tienen en cuenta enfermedades preexistentes u otros medicamentos”. En su opinión, el auge actual está atravesado por la hiperexposición en redes sociales, donde influencers sin formación específica hacen recomendaciones basadas en experiencias personales. “Terminan teniendo más voz que un experto formado, que investiga y trabaja con evidencia", advierte.
También previene sobre efectos adversos: “Un exceso de magnesio puede causar síntomas gastrointestinales como diarrea, dolor abdominal o vómitos. Y otras combinaciones podrían no ser seguras si no hay una indicación médica clara”. Su consejo final es simple: frente a tanta información, lo mejor es ir a la fuente adecuada y no dejarse llevar por promesas sin respaldo.
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