El Día del Padre es la excusa perfecta para salir a comer en familia, brindar con un buen vino tinto y darse el gusto con una comida inolvidable. Para muchos padres, no hay plan mejor que una buena carne al fuego, una provoleta chispeante o una milanesa que apenas entra en el plato. Por eso, seleccionamos siete lugares en Buenos Aires —desde clásicos de Puerto Madero hasta joyitas de barrio— donde el fuego es protagonista y el homenaje al padre de la casa está garantizado. Hay opciones con vistas panorámicas, cartas extensas, brasas humeantes y platos generosos pensados para compartir.
1. Lo de Jesús: cortes premium y milanesas descomunales
Un emblema de la carne porteña, Lo de Jesús (Gurruchaga 1406, Palermo) es mucho más que una parrilla. Famosa por sus cortes premium, seleccionados con curaduría casi de sommelier cárnico, esta casa de carnes ofrece una experiencia que combina lo clásico con lo contemporáneo. La entraña jugosa, el ojo de bife y el bife de chorizo madurado figuran entre las opciones estrella. Pero para el Día del Padre vale la pena probar una de sus joyas ocultas: la milanesa de bife de chorizo. Crujiente por fuera, roja y tierna por dentro, viene en tamaño XL, ideal para compartir (o no). La carta de vinos es extensa, con foco en etiquetas argentinas de bodegas boutique, y el ambiente es sobrio pero acogedor.
2. Revire Brasas Bravas: parrilla urbana con alma viajera
Ubicado en pleno microcentro (Lavalle 788), Revire combina la contundencia de una parrilla tradicional con detalles de cocina moderna. La clave está en sus brasas bravas, que dan nombre al lugar y marcan cada corte con su sello distintivo. Hay vacío, tira de asado, bife de lomo y entraña, pero también platos con guiños internacionales, como empanadas criollas gourmet, mollejas glaseadas, papas rústicas con alioli y panqueques con dulce de leche quemado. Con ambientación de salón elegante, es una excelente opción si querés evitar filas y buscar atención cuidada en el Día del Padre. Tiene además opciones sin TACC, buenos postres y una carta de cócteles ideal para el brindis.
3. República del Fuego: mollejas, provoleta y fiesta carnívora
En República del Fuego (Montevideo 1647, Recoleta), el fuego no solo es un método de cocción: es un principio rector. En este templo de la carne, la experiencia comienza con mollejas doradas al limón o una provoleta que cruje y estira hilos eternos. Luego vienen los protagonistas: asado, entraña, bife angosto, lomo y otras delicias que llegan sobre tablas calientes para mantener la temperatura. Hay menú degustación para los indecisos, en el que pueden probarse varios cortes sin resignar calidad. El servicio es cálido y el salón, amplio y moderno, lo que lo vuelve una opción perfecta para celebraciones familiares. Para coronar, el volcán de dulce de leche es de los mejores de la ciudad.
4. Villegas Puerto Madero: carnes y vista al canal
Si papá merece algo más sofisticado —o si la idea es combinar comida y paisaje— Villegas (Alicia Moreau de Justo 1050) ofrece una experiencia completa. Con salón amplio, grandes ventanales y vista directa al canal de Puerto Madero, este restaurante eleva la parrilla a nivel premium. La carta no escatima: ojo de bife, tomahawk, bife de chorizo marinado, además de opciones más gourmet como mollejas al jerez o risottos. Las guarniciones —puré trufado, papas crocantes, vegetales grillados— están a la altura. Si el clima acompaña, se puede comer en la terraza. La atención es de alto nivel y el público, variado: ideal tanto para un homenaje íntimo como para un almuerzo de familia numerosa.
5. Olympo Sky Bar: entraña y hamburguesas en las alturas
Para un padre más joven o fanático de las hamburguesas con estilo, el Olympo Sky Bar (Av. Corrientes 222, piso 17) es una experiencia tan visual como gustativa. En lo alto de un edificio céntrico, ofrece una vista privilegiada de la city porteña y una carta que combina street food con cocina de autor. Las hamburguesas —con pan brioche, cheddar, bacon y cebolla morada— son de las más elogiadas de la zona. Pero si se quiere ir al terreno parrillero, la entraña con papas trufadas es el plato estrella. Todo esto acompañado de cócteles de autor y música suave, en un ambiente cool pero cómodo. Una opción original para salir del molde sin resignar sabor ni abundancia.
6. Casa Cuba: parrilla, carta extensa y corazón belgranense
Casa Cuba (Cuba 1877, Belgrano) es una de esas parrillas de barrio que tienen alma de gran restaurante. Con una carta que combina lo mejor de la cocina criolla con platos de inspiración internacional, ofrece la doble posibilidad de ir por la clásica parrillada o dejarse tentar por opciones más amplias: pastas caseras, milanesas con papas fritas, ensaladas abundantes, empanadas jugosas o risottos al champiñón. Las porciones son generosas, los precios accesibles y el clima, netamente familiar. Ideal para almuerzos largos, sobremesas con café y postres de la vieja escuela: flan mixto, panqueque con dulce de leche o helado artesanal. Reservar con tiempo es clave.
7. La Chancha y los Veinte: el espíritu del asado familiar
En pleno corazón de Devoto (Villa Pueyrredón, Av. Gral Mosconi 3279, CABA), La Chancha y los Veinte es sinónimo de comida abundante y ambiente relajado. Con el espíritu de una parrilla de barrio tradicional, pero con una carta bien pensada, este local se ganó el corazón de los vecinos y de los carnívoros más exigentes. Hay cortes grandes, mollejas, chorizos, chinchulines, provoletas, papas fritas con cheddar y panceta, y vinos nacionales bien seleccionados. El servicio es ágil y atento, ideal para mesas grandes o familias con niños. Si la idea es sentirse como en casa pero con mejores brasas, este es el lugar indicado para terminar el Día del Padre entre aplausos y sobremesa larga.
Como bonus track, el Sheraton Pilar Hotel & Convention Center celebrará el Día del Padre el domingo 15 de junio con un almuerzo buffet especial en su restaurante Las Vasijas, de 13:00 a 15:30 h, a solo 40 minutos de Buenos Aires. Rodeado de naturaleza y con acceso a jardines y actividades infantiles, el evento ofrecerá platos gourmet, vinos Trumpeter Reserve y bebidas incluidas, con estacionamiento bonificado. El costo parte desde $79.000 para adultos y $39.500 para menores, con opción de pago en 3 cuotas sin interés.
El Día del Padre es, sobre todo, una excusa para compartir, celebrar y agradecer. Y si se hace con una buena comida, mejor aún. Estas siete opciones —desde la sofisticación de Puerto Madero hasta el calor de barrio en Devoto— tienen algo en común: el fuego como corazón de la cocina, porciones generosas, y la promesa de una jornada inolvidable. Porque si hay algo que los padres valoran más que el regalo perfecto, es una mesa rodeada de familia, risas y carne bien hecha.
por R.N.
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